Opinión

Idiocracia: el liderazgo nacional


La República Dominicana carece de un liderazgo idóneo para enfrentar las problemáticas actuales. Digámoslo sin tapujos, el liderazgo nacional es deprimente. En Santiago vimos en las elecciones pasadas que el diputado más votado es un narcotraficante, dudoso honor. ¿Puede el liderazgo político o empresarial de Santiago y el país servir de ejemplo a la juventud? En su gran mayoría, nuestro liderazgo político y empresarial es mediocre.

Podíamos disentir ideológicamente de un Joaquín Balaguer, un Peña Gómez, un Hatuey de Camps,  Juan Bosch, etc., lo que no podemos negar es su acervo intelectual, su conocimiento y compromiso con la realidad nacional. Hoy en día el liderazgo se resume a lo que el Dr. Leonel Fernández llamó: el liderazgo del sobrecito.  El que maneja un presupuesto, se convierte ipso facto en un líder de transcendencia nacional.

No hay compromiso con la resolución de grandes problemas nacionales, no planificación efectiva para el futuro de la nación. Todo es manejado como un colmado sin planificación y sin importar el costo de las malas decisiones tomadas, al fin y al cabo los que deben tomar decisiones no pagan ningún precio por ella.

Debe surgir un nuevo liderazgo con mentalidad práctica y accionar responsable.  Estamos huérfanos del liderazgo periodístico, empresarial, y religioso. Hoy día todo se maneja en base perspectiva mercantil, todo tiene un precio, incluso la propia dignidad.

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