El presidente y su gobierno siguen empecinados en destruir lo que queda de la nación dominicana, es increíble ver su constante impertinencia, su persistencia en favorecer los intereses foráneos por encima de los nacionales; en proteger a los inmigrantes ilegales, mientras los dominicanos no pueden acceder a los servicios públicos. No podemos fiarnos en el llamado a un pacto de sectores políticos que llama el presidente, cuya palabras, promesas y compromisos con la República no creemos. No podemos creer en su palabra, pues sus acciones y las de sus funcionarios son contrarias a lo que dice.
El presidente dice que la política migratoria la maneja el gobierno, todos los que tienen dos dedos de frente saben que esta es manejada por organismos y Estados foráneos. La soberanía migratoria no existe en este gobierno.
Lo único que podemos permitirle al gobierno es el fiel cumplimiento de la constitución y de las leyes, las mismas que el juró cumplir y hacer cumplir. Un gobierno lleno del partido de los haitianófilos no puede ser confiable, no se le puede dar un gramo de confianza para manejar la cuestión de la invasión haitiana.
Todo aquel que acoja el llamado al pacto del presidente, es un cómplice de la traición y las conspiraciones contra la salud de la patria. Ojo avizor con los traidores de siempre.
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