La República Checa consume actualmente un volumen récord de petróleo ruso desde 2012, informaron medios locales. Todo esto ocurre en el marco de las restricciones a las importaciones de crudo proveniente de Rusia que impuso la Unión Europea en el año 2022.
En el primer semestre de este año 2023, el porcentaje de petróleo importado del oleoducto ruso Druzhba se situó en torno al 65% del volumen total de crudo adquirido por el país, mientras que el año 2022 rondaba el 56%, e incluso era inferior en años anteriores, declaró a la agencia de noticias ČTK la portavoz de la empresa estatal Mero, Barbora Putzová.
A pesar de que la UE declarara el rechazo al crudo ruso, ese Estado centroeuropeo tiene una excepción al utilizar el oleoducto. Mero es el propietario y operador de la parte checa de esa tubería y el único transportista de petróleo al país.
Las importaciones a través de Druzhba, cuyo ramal sur atraviesa Ucrania hasta Hungría, Eslovaquia y la República Checa, y el ramal norte hasta Polonia y Alemania, están exentas temporalmente del embargo.
La proporción de hidrocarburos rusos en el total de importaciones en Europa ha ido en aumento en los últimos meses, y la República Checa no parece ser el único caso. Ya en el segundo trimestre los analistas advertían de que las refinerías de la UE trataban de asegurarse más crudo que viene al continente por caminos secundarios, entre otros.
Desde el inicio de la operación militar de Rusia en Ucrania, los países de Occidente se han impuesto embargos para la compra de petróleo y crudo rusos. Este provocó de inmediato que los países europeos vivan una fuerte crisis energética, económica y social. El presidente de Rusia, Vladímir Putin, afirmó que las sanciones asestaron un serio golpe a toda la economía mundial y también señaló que Occidente tiene por objetivo empeorar la vida de millones de personas.
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